El primer semestre de 2025 en Wall Street ya es historia. Las acciones no solo se han recuperado del pánico causado por los aranceles propuestos por Trump, sino que han alcanzado máximos históricos. En 2025, Nasdaq y SP500 generan rentabilidades positivas de aproximadamente un 5% y Bitcoin está acariciando nuevos records. El apetito por el riesgo es claro. La gran pregunta es ¿Cuánto más durará esta fiesta antes de que alguien apague la música?
Puede haber una euforia del mercado impulsada por la especulación (FOMO) y no por fundamentos sólidos. Esto es precisamente lo que vamos a analizar.
Situación financiera y bursátilUno de los retos más importantes para un inversor es saber distinguir entre ciclos de entusiasmo exagerado (boom artificial) de tendencias seculares.
Actualmente, los nuevos máximos no se deben a sólidos beneficios corporativos ni a un crecimiento económico vigoroso, sino a una abundante liquidez. Y la gran pregunta es si el ciclo de liquidez durará en el tiempo o tiene los días contados, ya que es la única variable que está sosteniendo la tendencia.
Para ello, debemos analizar los 3 grandes agentes que inyectan liquidez en el sistema:
1) Banca Central: La FED ha inyectado liquidez nuevamente y el mercado la ha absorbido con entusiasmo. Las operaciones repo han aumentado un 3.100% en solo dos semanas y la ventanilla de descuento también ha dejado movimientos muy importantes a finales de junio.
Operaciones repo + préstamos de emergencia = inundación de liquidez
Las facilidades de liquidez (repo) implican que la FED presta efectivo a los bancos a cambio de colateral, como bonos del Tesoro, para garantizar la estabilidad del mercado. El 30 de junio, la Reserva Federal inyectó 11.075 millones para aliviar la escasez de liquidez. Esto tiende a reducir los costes de financiación, impulsando los precios de las acciones y los bonos (inflación monetaria). Sin embargo, algunos inversores lo ven como una señal de tensión bancaria oculta, que podría llegar a generar problemas bursátiles a medio plazo.
De esta manera, el impacto en los precios de los activos depende de si los mercados perciben estas medidas como estabilizadoras o como una señal de alerta de problemas más profundos. A corto plazo, estas inyecciones suelen ser positivas (nuevos máximos en bolsas) pero empiezan a mostrar grietas en el sector financiero (posible techo de mercado).
2) Gobiernos: En 2025 el déficit será mayor que en 2024, por mucho que Trump vendiese "responsabilidad fiscal" en campaña. Además su plan One Big Beautiful Bill va a disparar todavía más la deuda ya que propone un recorte de impuestos sin ser acompañado de recorte del gasto. La espiral de deuda sigue creciendo en EEUU.
Para el mercado, el déficit y las perspectivas de más y más deuda, ha sido una inyección de gasolina tremenda, pero los inversores empiezan a desconfiar de la capacidad de solvencia del Tesoro, de ahí que el dólar se esté devaluando (incluso en momentos de tensión militar) y los bonos mantengas las TIR en niveles muy altos.
3) Sector financiero: El crédito ha brillado mucho en los últimos meses, así como el apalancamiento en la "banca en la sombra". Esto ha sido uno de los principales motores de la liquidez expansiva.
Sin embargo, empezamos a ver, nuevamente, tensión en la banca regional, sobre todo, la expuesta a los CMBS (real estate comercial). Asimismo, el ciclo económico comienza a enfriarse en EEUU, con datos de consumo y gasto personal muy malos y con un mercado laboral que sigue quebrándose.
ConclusiónEste contraste entre la fortaleza aparente del mercado y la debilidad real de la economía es una señal potencial de "burbuja de liquidez": el entusiasmo bursátil no refleja la situación del ciudadano promedio.
Cuando la música deje de sonar y tengamos un shock de liquidez, bien por la Banca Central, bien por el sector financiero o bien por algún ajuste fiscal, el castillo de naipes se desmoronará dejando un tsunami bursátil similar al pinchazo de otras grandes burbujas.
Desde TradingPRO esperamos que, hasta octubre-noviembre, siga fluyendo la liquidez y será en 2026 cuando veamos bajar la marea. Por tanto, seguimos siendo bullish a corto plazo pero creemos que estamos cerca de un gran techo de mercado.